quinta-feira, 17 de setembro de 2009

Citação VI - TGV

Pode sair caro a Portugal parar o "AVE"
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A Portugal le puede salir caro parar el AVE
La UE destinará 1.500 millones para la alta velocidad portuguesa, una cantidad de dinero que por el momento queda en el aire
Se atreverá el PSD portugués a parar un proyecto tan importante como el AVE? A tenor de las palabras de su candidata, parece claro que sí. Sin embargo, hay quien piensa que todo es un farol electoral y al final seguirá con los planes del actual Gobierno. No hay que olvidar que la línea Madrid-Lisboa es prioritaria para la UE.
En todo caso, abandonar el proyecto también le podría salir caro, la factura puede alcanzar los 1.500 millones de euros.
La construcción de los dos tramos en los que se divide la línea hasta Badajoz se encuentra en fase de concurso. Además de las obras, la licitación también incluye el contrato de concesión, puesto que la idea es que una empresa privada explote el negocio. Sin embargo, estos concursos no serán resueltos hasta la próxima legislatura. Es decir, después de las elecciones del próximo día 27. En la práctica, significa que el próximo Gobierno será el que tome la decisión definitiva, y Ferreira Leite puede ganar.
Cumpla o no sus promesas, la contradicción parece evidente. Durao Barroso, que será reelegido hoy presidente de la Comisión Europea, milita también en el PSD. Por lo tanto, el máximo responsable de la integración europea, algo a lo que contribuye el AVE, es compañero de la dirigente que quiere paralizarlo en Portugal. Además, la conexión Madrid-Lisboa es uno de los cinco ejes ferroviarios que la UE considera prioritarios en su plan de infraestructuras 2007-2013.
Pero hay más. Durao fue el primer ministro que acordó con Aznar la construcción del AVE, en la ya famosa cumbre de Figueira da Foz de 2003. Y la ministra de finanzas de ese Gobierno era Ferreira.
Renegociar
En algunos foros se teme que Portugal se aproveche de la posición de Durao para intentar recuperar los fondos europeos para el AVE. Y es que buena parte del problema es de carácter económico.
La red portuguesa del AVE costará unos 9.000 millones de euros. Aquí se incluyen los 3.200 que, más o menos, costará la línea Lisboa-Caya y los 1.000 que irán para mejorar la red convencional. Bruselas subvencionaría toda la infraestructura con 1.500 millones.
Ignacio Sánchez Amor es el portavoz socialista en la Asamblea, y durante años fue el responsable de las relaciones regionales con Portugal desde su cargo de vicepresidente de la Junta. Aboga por mandarle «un mensaje político» a Durao, para que no se le ocurra «hacerle un favor a su partido» y facilitarle la tarea a la hora de hacer que esos fondos sean reutilizables.
Es una sospecha con fundamento. El pasado junio, Durao aseguraba a periodistas lusos que «si los fondos que están destinados a un proyecto no se utilizan, se puede y se debe renegociarlos para otro fin». Añadía que «no es la Comisión la que decide dónde los miembros deben hacer las inversiones públicas». Sin embargo, el eurodiputado extremeño Alejandro Cercas piensa que la coincidencia de nacionalidad no condicionará la negociación.
Según Sánchez Amor, «dependiendo de la línea de ayudas de la que proceda el dinero, será más fácil o no desviarlo a otros fines». En este caso, como en muchos otros, se trata de fondos condicionados o finalistas. Es decir, no se pueden invertir a gusto de los estados, sino que se conceden a proyectos concretos y se pagan a medida que las obras se hacen.
De los 1.500 millones que esperan de Europa, 389 provienen del Programa Multianual 2007-2013 de la Red Transeuropea de Transportes (RTE-T), y parece muy complicado que puedan destinarse a otra cosa. Por lo tanto, se perderían. Lo mismo sucede con los 150 millones que se van a la línea de mercancías Sines-Elvas, del Proyecto Prioritario París-Madrid-Sines.
Quedan 966 millones, que vienen de los Fondos de Cohesión, y que sí se pueden negociar para ser utilizados en otros proyectos de transporte, aunque «con restricciones», según Sánchez Amor. Otros dirigentes, como la actual vicepresidenta económica de la Junta, Dolores Aguilar, han dudado esta semana de que se pudiera disponer incluso de esa parte del dinero.
España, igual
A pesar de que se trata de una obra internacional, sobre todo en el "tramo Mérida-Évora", parece claro que España no perderá su parte. Este segmento, que cuesta 1.200 millones de euros, se pagará sobre todo con fondos de la RTE-T, 312 millones. Sin embargo, la cantidades están separadas, Portugal recibiría 191,4 millones, y España el resto, con independencia de lo que haga el otro país. Hay que tener en cuenta también otros posibles costes. Hace unos días, el ministro de Obras Públicas, Mario Lino, dejó un apunte. Deberá ser el próximo Gobierno el que deba tratar las eventuales indemnizaciones por la suspensión de los proyectos.
También queda la situación en la que queda nuestro país, que diseñó un AVE hasta Lisboa que en principio se queda en la frontera. «El acuerdo que se firmó en su día se basa en la buena fe. España se obliga a una serie de inversiones pensando que Portugal va a cumplir su parte. Además, se invierte bajo unos cálculos de rentabilidad. Pero, ¿cuántos trenes pasarán por Badajoz si Lisboa no es el final del trayecto?». Otro aspecto que conviene tener en cuenta es que estas ayudas suponen en torno al 18% de la inversión lusa. Sin embargo, el Estado portugués sólo pondrá otro 37%, unos 3.300 millones. La mayor parte (el 45%) vendrá de las empresas privadas que se queden con la concesión de la explotación comercial.
Estos son los números de la discordia, pero la decisión será con toda probabilidad de carácter política. Muchos dudan que Ferreira cumpla lo que dice, como el presidente de la Cámara de Comercio Luso-Espanhola, Enrique Santos. Alejandro Cercas, opina que todo se quedará en un retraso en los plazos. Y es que, como dice Ignacio Sánchez Amor, una cosa es estar en la oposición y otra gobernar.

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